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lunes, 5 de noviembre de 2012

Cosas Chiquititas


¡Queridos amigos!
Hoy quiero presentaros a una persona muy especial,  Josefa Sánchez Sousa, poeta salmantina que pertenece a nuestra asociación: Pentadrama, además de otras como El Ateneo.



Pepita, como la llamamos, nació en 1922, tiene noventa años, pero es una mujer lúcida y despierta, con una sensibilidad extraordinaria que plasma en cada uno de sus poemas.
En el 2011, se publicó su primera novela "Por eso escribo, por eso" prologada nada menos que por D.  Antonio Sánchez Zamarreño, profesor de Literatura en la facultad de Filología de Salamanca, además de excelente poeta.

El prólogo lo tituló:
"Josefa Sánchez Sousa o la elegante sobriedad".

En él se expresa así Zamarreño:
… al enfrentarme a estas páginas, todo se me transformó en sorpresa. Esto no es un homenaje a la amiga, sino un acto de justicia para con una escritora espléndida, a rachas verdaderamente genial, que condensa aquí toda su sabiduría idiomática y humana. Pepita ha visto mucho, ha pensado abisalmente y conoce muy bien los esplendores de su lengua. Con estos tres ingredientes ha forjado una obra de hondo calado ético y de estupendas irisaciones literarias.
…admiro en su conjunto el rigor, la exigencia, la mesura, el instinto verbal, la exquisitez, la audacia creativa, la juventud y el dinamismo que se desprende de la mayoría de los textos seleccionados.
                                                        Pág  4-5 del prólogo


Este año, se la ha requerido para aportar su larga experiencia vital, para un documental titulado "Cosas Chiquitas" título que pertenece a uno de sus poemas.
Os dejo aquí dos fotos del día en que lo proyectamos en nuestra asociación.
La portada del documental, que trata sobre la gente mayor,  tiene una foto fija que son las manos de Pepita.



A esas manos dedica ella dos poemas en su libro: "Por eso escribo, por eso", titulados: Os beso y Expresión.
Os hago llegar estos dos poemas, donde está su sentir.


OS BESO

Benditas mis manos,
obreras de mi mente,
tejedoras de ilusiones
que repartieron belleza
en blanco y en colores.

Ahora, cansadas, doloridas,
dibujan palotes
que me hacen feliz.

Benditas mis manos.

Manos cansadas que ella bendice, por ser el vehículo que le ha permitido expresarse como poeta.


EXPRESION:

Mirando mis manos, mi pensamiento gira
hacia una divergencia de expresión:
manos que agarran un ángel en el aire;
manos que oran y se elevan al cielo;
amorosas manos que vierten caricias;
manos piadosas que enjugan lágrimas;
manos sarmentosas crispadas en su bastón,
deformadas por el trabajo y callosas;
manos lacias, verticales, impotentes;
manos sangrantes humilladas por cadenas;
manos que suplican ante un fogonazo;
iracundas manos alzándose al viento;
manos garduñas que nos dejan suspendidos;
manos repelentes con tacto de gusano;
blancas manos por las que fluye el vacio.


Quien conoce a Pepita no se queda indiferente, ella da lecciones de vida, de optimismo,  de poeta con su rico lenguaje y su sensibilidad, palabras que anidaron en ella cuando  al "amor de la lumbre"   leía para otros, en su mocedad.

A modo de despedida, os dejo otro poema de nuestra poeta, se titula "Lo que hice" muestra su deseo de permanencia en el mundo poético.
Que sea así Pepita: que aprendamos de tu sensibilidad.

Lo que hice

Si algo bueno hice:
germine la semilla,
que se abra y se extienda
y desparrame vida…

y si fue menos bueno:
que se hunda en la ciénaga,
que lo trague el detritus
y lo asfixie la tierra.

Pepita es para todos un placer aprender de ti y tenerte cerca, lección de vida la que nos das en cada encuentro.
¡Gracias!

1 comentario:

  1. Precioso post, Elena..., porque preciosa es también nuestra Pepita. ¡Besos!

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