Notas sacadas de “Las agonías insulares de Miguel de Unamuno”
De Bruno Pérez Alemán.
Amigos, si no habéis leído el libro, os dejo algunas opiniones de Unamuno sobre la isla y su confinamiento.
Con esto quiero que sepáis que en el corazón de D. Miguel, no solamente habitaba la ciudad del Tormes, Salamanca, en la que más tiempo vivió, donde trabajó, donde tenía su casa y a sus hijos, sino que también, en su alma hubo un hueco para esta isla sedienta y fuerteventurosa que le abrió sus brazos en el exilio.
Os remito a mis poemas -recogidos en este blog- para que veáis como veo al Unamuno isleño, siento mucho orgullo de que hable así de nuestra isla, viniendo de Salamanca, una ciudad culta, monumental, histórica, el choque tuvo que haber sido muy fuerte, en Fuerteventura no había nada, solo buena gente que le acogió con los brazos abiertos. Creo que fue el lugar pobre y austero que él necesitaba para apacentar su espíritu, agitado por los acontecimientos y el devenir de esa España que a él no le gustaba.
Sin más os dejo con algunos textos:
¡ la mar ! esta mar maravillosa que ciñe a Fuerteventura y en cuyos brazos, mientras sonriendo nos canta el canto eterno de cuna, es tan dulce leer el sonriente poema del maestro del pesimismo ( ref a Leopardi )
p.137
Empiezo a escribir estas notas.. en esta isla de Fuerteventura, una de las que se llamaron Afortunadas.
Y de veras que es afortunada, a pesar de la resignada sed que mortifica a su tierra, pues que no hay en ella ni cine, ni equipos de football, ni bueyescautos o como se diga. Ni pita el tren, sino que pasa solemne y pausado, el camello…
Mar y cielo le están cantando a esta sedienta isla la canción silenciosa del largo sueño sin despertar.
p.153
…Marcha aquí la vida al compás del paso solemne y lento del camello. La lejanía en el espacio trae consigo lejanía en el tiempo. Cuando las noticias nos llegan con ocho, a las veces con quince días de retraso, llegándonos descoloridas y sin sonoridad.
…En este tranquilo alejamiento, es este aislamiento-¡ y cómo se comprende en esta isla todo el valor de esta palabra: aislamiento! Tan propicio al examen de conciencia, a la rumia de los recuerdos, a la contemplación del pasado vivo, aquí se siente con más fuerza la tragedia de la decadencia, del derrumbe de un pueblo, aquí se indigna uno más con patriótica indignación.
…El pobre señorito que diga que hay que aislar al pesimista no sabe lo que es pesimismo ni lo que es aislamiento.
p.157
…En cuanto llegué a esta tierra, o mejor, en cuanto me dejaron en esta tierra a la que la policía me ha traído, y empecé a familiarizarme con el camello…
p.163
…Y yo que estoy aquí por incorregible perturbador del orden…
p.164
Esta infortunada isla de Fuerteventura, donde entre la apacible calma del cielo y del mar escribimos este comentario a la vida que pasa y a la que queda, mide en lo más largo, de punta norte a punta sur, 100 km y en lo más ancho 25.
p.166
…El doctor Chil y Naranjo, … nos describe las costumbres de los primitivos guanches majoreros, eran: "por la resignación que tenían por su suerte, se puede decir parecían verdaderos estoicos "
…y así continúan siendo hoy, para consuelo y edificación de los desterrados que llegan a estas hospitalarias costas.
p.167
¿Qué le parece a usted nuestro clima? Clima quiere decir inclinación y la inclinación es aquí, en esta afortunada isla de Fuerteventura, admirable ¡ qué escuela de sosiego! ¡qué sanatorio! ¡qué fuente de calma!
Bajo este clima prospera la humanidad, pero una humanidad recatada y resignada, enjuta y sobria, una humanidad muy poco teatral.
p.170
Pero este clima, ¡este clima! y ¡cómo se duerme! es una bendición, una verdadera bendición! En mi vida he dormido mejor. ¡En mi vida he digerido mejor mis íntimas inquietudes!
…En estas mañanas, cuando el sol, al salir de la mar, me da, recién nacido, un beso en la frente, tomo mi Nuevo Testamento griego, lo abro al azar y leo. Y en este clima las viejas parábolas, las parábolas eternas, me suenan a algo extremadamente nuevo. Sí, este es un paisaje evangélico.
… ¡Ah! ¡pobre Fuerteventura! ¡qué lección la de tu nobleza y resignada pobreza!
…Escribí … en esta soleada celda de nuestro hotel- prisión de Fuerteventura.
… frente a la mar serena que me sonríe y sonríe a nuestras tragedias y flaquezas, y me arrulla con su canto, más viejo que la historia.
p.179
…ir a buscar al párroco de este lugar de Puerto Cabras, nuestro excelente amigo y más constante compañero de paseo y pedirle un ejemplar de la Biblia.
p.179
¡Ah , si todos los majaderos que hablan a tontas y a locas de mis paradojas hubiesen alguna vez ahondado en el trágico problema de la sinceridad!
… pero aquí frente a mí, está la mar y el cielo mirándose a la niña de los ojos, y aquí, abrazándome el alma, ciñéndomela, está el señor que me pregunta: ¿dónde estás? ¡aquí estoy señor!
p.181
¡Estas soledades desnudas, esqueléticas, de esta descamada isla de Fuerteventura! ¡este esqueleto de tierra, entrañas rocosas que surgieron del fondo de la mar, ruinas de volcanes; esta rojiza osamenta atormentada de sed! ¡y qué hermosura! ¡Sí, hermosura! claro está que para el que sabe buscar el íntimo secreto de la forma,
…pero en los campos de pedregales calcinados solo se arrastra la aulaga.
¡ pobre aulaga !
…solo que esta aulaga de aquí es otra cosa, es un esqueleto de planta toda ella espinas, sin hijas, pero en primavera con flores. Unas florecillas amarillas, que el camello, pasta ¡ pobre aulaga !
AULAGA: ESQUELETO DE PLANTA TODA ELLA ESPINAS.
p.183
…No me traje conmigo a este confinamiento de Fuerteventura más que tres libros que caben en un mediano bolsillo: un ejemplar de” El Nuevo Testamento”, en su original griego… y dos ediciones microscópicas, vademécum, de “La Divina Comedia” de Dante y de las “ Poesías “ de Leopardi.
…Y en esta edición de los trágicos poemas de Leopardi, he vuelto a leer aquel estupendo a la retama, la flor del desierto, …que hace años traduje en verso.
…Y nunca hubiera creído que esta flor del desierto me habría de acompañar y animar en la más fuerte de mis aventuras quijotescas.
Desierto es esta solemne y querida tierra aislada de Fuerteventura, una de las islas llamadas Afortunadas y que tiene la fortuna y la hermosura a la vez en su noble y robusta pobreza.
Tierra desnuda, esquelética, enjuta, toda ella huesos, tierra que retempla el ánimo ¡cuán otra cosa que esos jardines ceñidos de mar donde el hombre se olvida de la tierra y del cielo!
…Y en este solemne desierto, en esta noble soledad sahárica, he encontrado a la retama leopardiana contenta dei deserti.
p. 188
…La aulaga no es más que un esqueleto de planta espinosa …
Y todo ello se lo come el camello, el compañero del hombre en esta isla, su más fiel servidor, la aulaga da flor para el camello.
… este sobrio animal se alimenta de flores.
…¡qué lección de estilo, y de lo más íntimo del estilo, esta aulaga de Fuerteventura! Es la expresión más perfecta de la isla misma; es la isla expresándose, diciéndose; es la palabra suprema de la isla. En la aulaga ha expresado sus entrañas volcánicas, el poso de su corazón de fuego, esta isla entrañable.
p.189
Y esta isla, esta venturosa isla de Fuerteventura, este afortunado rincón de enjuto sosiego, esta… ¡vaya si existe!
…Existe y tiene su estilo, el estilo de la desnudez, el estilo de la sinceridad toda ella. Aquí no hay embuste ni ficción.
…Y aquí, desterrado por mi sinceridad, por ser sincero, por ser yo, por ser hombre, …aquí medito en el destierro de nuestros primeros legendarios padres.
p.193
En estas horas lentas y preñadas de mi confinamiento, en mi aislamiento en esta venturosa Fuerteventura, me doy a ratos a leer libros que me han procurado y en los que se habla de casos y cosas de estas islas Canarias.
p.196
Platón inventó, creó, no descubrió la Atlántida y D. Quijote inventó, creó, no descubrió para Sancho, la insula Barataria. Y yo espero por la intersección de Platón y de D.Quijote o con la ayuda de ambos, inventar, crear y no descubrir la isla de Fuerteventura.
¡qué nombre tan sonoro, alto y significativo! ¿Fuerteventura? Es decir, ventura fuerte. Y si a estas islas Canarias se las llamó las Afortunadas, a ésta de Fuerteventura habrá que llamarla fuertemente venturosa.
p.197
Estos últimos días hemos salido a la mar, a esta mar maternal.
…mis compañeros iban a pescar peces, yo a pescar metáforas hundiendo mi mirada en el regazo de las olas azules.
p.203
Se llama gofio en estas islas Canarias a la harina de trigo, de millo o de maíz o de cebada, cuyos granos se tostaron previamente y que han sido molidos en uno de estos molinos de viento que nos recuerdan a los gigantes contra los que peleó D. Quijote.
…el gofio es la principal base de alimentación del pueblo.
…símbolo también de esta tierra fuerteventurosa, esquelética, con las corcovas de sus montañas.
Unamuno se integró tanto en la vida majorera que probó el gofio y dirá :
Dicen que el gofio es pesado, difícil de digerir. A mí no se me ha indigestado, y aquí lo como, bien que diluido en caldo.
p.206
Es el gofio el que ha debido dar a estos majoreros, a los fuerteventurosos hijos de esta isla, el estoicismo que les distingue, … porque el gofio es el alimento de la austera resignación, de la resignada austeridad.
En esta tierra esquelética, escueta, hija de las entrañas fogosas de la tierra, es esta isla de la desnudez la que ha hecho el gofio, como ha hecho la aulaga y ha hecho el hombre que tuesta el grano y se lo come.
p.208
La tierra de esta isla ermitaña no miente; Fuerteventura dice al hombre, dice a sus hombres, a sus hijos, la verdad desnuda y descarnada, el esqueleto de la verdad. El que miente aquí es el cielo, que se cubre de nubes y no llueve.
p.228
¡De Fuerteventura a París ! parece un salto muy grande, pero ¿lo es tanto? y ¿dónde estaba más cerca de la civilización, de la civilidad eternas e infinitas? ¿allí en la isla árida y sedienta, a la que briza el sueño, el arrullo del Atlántico africano, o aquí en la ciudad de la luz , a la que no deja dormir en paz el traqueteo de los autos?
…mi amigo de alma Mr Crawford Flitch, el traductor al inglés de mi obra: “ Del sentimiento trágico de la vida “ y que se pasó allí, en la bendita isla, cuarenta días, toda una cuarentena acompañándome.
…me decía : ¡Fuerteventura! ¡estoy casi nostálgico de Fuerteventura! ¡ inolvidable isla ! ¡ para mí Fuerteventura fue todo un oasis , un oasis donde mi espíritu bebió de las aguas vivificantes y salí refrescado y fortalecido para continuar mi viaje a través del desierto de la civilización!
p.237
Ayer vi de cerca… dos jovencitos que bajaban por la Avd. de Los Campos Elíseos montados en un camello , … los ojos se me fueron detrás del grupo recordando a los camellos de Fuerteventura, no de lujo y deporte, sino de pobreza y trabajo.
¡De Fuerteventura a París! , ¡del camello al auto!
¡Oh aquellas noches plácidas junto a la mar compasiva y consoladora!
La mar eterna, la mar que adormece nuestros ensueños.
p.239
… pero el hombre del vapor y la electricidad prefiere saber pronto a saber bien, prefiere tragar a rumiar, como rumia el camello.
…Cuando allí, en la isla, me llegaban noticias de la metrópoli… , mi estómago mental estaba ya preparado para recibirlas y digerirlas. Y luego la larga rumia de ellas…, aquí en París, me entero acaso de más sucesos, pero allí, en la isla, me enteraba mejor de los hechos.
…Este París es enormemente más rico en sucesos que Fuerteventura, pero no creo que le supere en igual manera en riqueza de hechos permanentes.
¡Ah, mi isla inolvidable!
p.239
El páramo le descubría a la mar. Es como la mar ¡ la mar ! Allá en Fuerteventura, en mi entrañada Fuerteventura- pedazo de mi alma eterna ya- bañaba todos los días mi vista en la visión eterna de la mar, de la mar eterna…
Unamuno en sus cartas es tremendamente expresivo, y nos ayuda a comprender mejor su sentir por las islas.
En carta a Ramón Castiñeyra (29-XII-1924)
¡Fuerteventura! ¡ mi Fuerteventura!
Si viera que mi fin se me acercaba y que no podía morir en mi tierra más propia, en mi Bilbao donde nací y me crié, o en mi Salamanca, donde han nacido y se han criado mis hijos, iría a acabar mis días ahí, a esa tierra santa y bendita, ahí, y mandaría que me enterrasen o en lo alto de la montaña Quemada, o al lado de ese mar, junto a aquel peñasco al que solía ir a soñar, o en Playa Blanca.
p.323
…sin esa cruz mis cuatro meses en Fuerteventura habrían sido el paraíso. Pero no hay paraíso sin serpientes. Ahora que la serpiente no era majorera. No, ahí no las hay.
p.325
Bien quisiera ir diciendo un recuerdo a cada uno de ustedes,… a todos los de la tertulia inolvidable.
… y volveremos a la Oliva, y a Pájara y a la finca de Barrera. Y besaré con lagrimas en los ojos- como salí de ahí – esa tierra sedienta.
Me preocupa mucho esa isla, me preocupa mucho lo que yo tengo que hacer para pagarle mi deuda de gratitud, lo que he de escribir sobre ella en una obra que aspiro a que sea una de las más duradera entre las mías. No es bastante. No, no es bastante. Aquí en París, siento nostalgia de mi tierra nativa, de mi hogar, pero siento también una hondísima nostalgia de ese rincón.
p.326
Cuando voy al jardín de plantas, me detengo ante los camellos. Pero no son los de ahí. Ahí ¡ cuándo volveré a ver esas peladas montañas desde la mar, en una barquita de hormiga ! ¡ cuándo volveré a sentarme en aquella roca, junto a aquellas ruinas, a brizarme el corazón acongojado con el canto eterno de la mar apaciguadora! ¡ qué raíces echó ahí mi corazón ! y planta que echa ahí raíces da flor y fruto, pero apenas da hoja.
p.326
Desde que dejé esa bendita isla- y en ella una gran parte de mi alma-…
…he estado siempre con el ensueño y la esperanza de volver a ésa, a encontrar, ya libre, la parte del alma que ahí dejé y aún hoy mismo no renuncio a este ensueño y a esta esperanza.
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